El ajedrez como herramienta pedagógica
El
pasado 11 de Febrero, la Comisión de Educación del Congreso de los
Diputados decidió “instar al Gobierno a implantar el programa Ajedrez en
la Escuela en el sistema educativo español”, de acuerdo con las
recomendaciones del Parlamento Europeo. Partimos de la base de que el
ajedrez es un juego-deporte muy atractivo para los niños y una
herramienta potente para el profesor que ofrece múltiples posibilidades,
tanto en Educación Primaria como en Secundaria.
Partimos
de la base de que el ajedrez es un juego-deporte muy atractivo para los niños y
una herramienta potente para el profesor que ofrece múltiples posibilidades,
tanto en Educación Primaria como en Secundaria.
Numerosos
estudios a nivel mundial han constatado que el ajedrez es una disciplina
sumamente beneficiosa para los estudiantes: desarrolla la atención, la memoria,
la concentración, el análisis de problemas, enseña a pensar, toma de
decisiones, desarrolla la inteligencia, la creatividad,…
En
el año 2011, la Universidad de La Laguna de Tenerife realizó un estudio
exhaustivo en el que demostró que el ajedrez no solo mejora las capacidades
cognitivas, sino que influye en el desarrollo sociopersonal y moldea la
capacidad de afrontamiento y resolución de problemas de los niños y
adolescentes que lo practican.
Como siempre, la piedra angular de todo este proceso es
el profesor, sobre él gira el éxito de la implantación del ajedrez en la
escuela, que radica en la creatividad, entusiasmo y la motivación que sea capaz
de transmitir a sus alumnos. Para ello, debe tener una formación suficiente no
solo para enseñar a jugar al ajedrez a sus alumnos, sino para saber hacer un
uso pedagógico de esta herramienta y saber sacarle todo el partido.
Pero
se plantea un reto importante ¿quién debe impartirla?, ¿dónde debe recibir esta
formación el profesor? Muy fácil es responder a esta pregunta. Tenemos en
nuestra región una red de Centros de Profesores y Recursos que cubren las
necesidades de formación pedagógica de los docentes. Es éste el lugar más
adecuado para recibir, al menos, una formación básica que en cursos sucesivos
puede transformarse engGrupos de trabajo y/o seminarios donde los docentes
profundicen más, analicen y estudien propuestas más concretas de uso educativo
del ajedrez.
En
cuanto a las personas idóneas para impartir la formación, deberíamos contar,
por una parte, con expertos en la materia que enseñen las nociones necesarias
de ajedrez, que capacite a los profesores para transmitir, a su vez, esa enseñanza
a sus alumnos. Tampoco debemos olvidar el apartado fundamental de la
utilización pedagógica del ajedrez y por eso hay que contar con profesores/as
que puedan transmitir y mostrar las experiencias que llevan a cabo con sus
alumnos y puedan enseñar a programar e introducir este juego en el aula basado
en su buen hacer.
FUENTE: LA GACETA
EXTREMEÑA DE LA EDUCACIÓN