Ernesto Gutierrez-Crespo
“Son las 9:30 de la mañana. Llevamos varios días de cuarentena. Escucho un revuelo en el patio común del edificio en el que vivo. Me asomo desde la ventana de mi cuarto piso…”. Comienza así esta historia, mezclada de tristeza y esperanza, desde la mirada sentida de un orientador educativo de vocación, apelando a ese papel trascendental de la Orientación como acompañamiento emocional al alumnado, en la búsqueda del sentido de la vida.
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